martes, 10 de junio de 2014

Triatlón de Suances

Parecía que estaba lejos, pero enseguida llegó la fecha del primer triatlón en Cantabria. Prueba que da el pistoletazo de salida al circuito cántabro.
Entre el trabajo y los exámenes no es mi mejor época para competir, y mucho menos para exigirme nada. Me costó mucho decidir el tomar la salida y hasta la noche antes no lo tuve claro. Pero ya ves, me decanté por ir a sufrir.

A las 10 de la mañana estaba programada la salida de la prueba en la playa de Los Locos. La recogida de dorsales era lenta por lo que retrasaría todo, y mirando el mar me temía que cada vez se estaba poniendo peor, más revuelto. ¡¡OLE!! yo que me mareo con poco eso era lo que me hacía falta..

Escaleras abajo y a calentar un poco. La natación constaba de dos vueltas para sumar 1.200 metros. Lo tenía claro, si en la primera vuelta me veía incapaz me quitaría, pero que no fuese por no intentarlo.
Después de darnos las órdenes oportunas para la carrera se daba la señal y a nadar. Colocada a cola de grupo para evitar los golpes me dirigía hacia la primera boya. ¡Horroroso! mucho oleaje, parecía que no avanzaba pero poco a poco logré llegar a la segunda boya sin mucha complicación, o menos de la esperada. Al encararme hacía la playa me desorienté completamente. Unos con otros nos íbamos cruzando sin saber bien cual era la mejor trayectoria y para complicarlo más notaba una corriente que nos guiaba hacia la derecha. Total, que aparecí en la orilla muy alejada de la bandera donde había que dar la vuelta para volver a entrar.
¿Otra vez ahí dentro? mi padre cerca de la orilla muy pendiente de mi porque sabe que este estado del mar me viene fatal me preguntó, con una de mis sonrisas le contesté, y es que al fin y al cabo me lo estaba pasando bien.
Segunda vuelta, la cosa se complicó mucho. Ni sonrisa, ni diversión... todo lo bueno desapareció. Comencé a tragar agua, en un abrir y cerrar de ojos estaba mareada completamente. Lo tenía claro, un trago más y levanto la mano para que me vengan a buscar. En esta vuelta todo parecía mucho más largo, era interminable. Pero ya estaba casi. Encaro la salida e intento coger alguna ola que me ayude a salir, pero en vez de eso, me revuelcan dos de ellas (justo lo que me hacía falta para mi mareo).




Consigo acabar la natación, nunca lo había pasado tan mal. En cuanto piso la arena me agacho, las ganas de vomitar y el malestar se apoderan de mi. Respiro hondo y a correr escaleras arriba. Perdón, ¿he dicho correr? quería decir agarrarme a la barandilla para mantenerme de pies y subir como podía.

Una vez arriba toca coger la bici, miro a mi madre y la digo que no puedo (si, tenía el día pesimista). "Venga que ya lo tienes", son sus palabras. Tardo en prepararme pero lo consigo y allá voy, a pedalear durante un buen rato.

Durante la bici se recorren 33km con subidas duras, como la entrada al pueblo de Ubiarco, que es corta pero "mecawensumadre" o hasta coronar el mirador de ese mismo pueblo. No me encontraba ni tan mal, el estomago seguía revuelto pero las piernas respondían.
 De mientras los triatletas me iban adelantando y alejándose rápidamente, nada nuevo. De Ubiarco a Viveda fui genial, era bajada!! :)  Pero a la vuelta la cosa cambiaba.

Comencé a sufrir mucho. "Quién me mandará a mi meterme en esto" "No estoy preparada" "Sin entrenar lo suficiente no se puede"... y así
durante 15km. En la bici no me iba a retirar, porque de una manera u otra tenía que ir a boxes así que aguanté como pude, exprimí las piernas en las últimas subidas porque solo era llegar en bici y la competición se acababa para mi.





Retirarse no es tan sencillo, y más cuando hay gente animándote de esa forma que no sabes como pero te recargan de energía. ¿Qué hago? ¿sigo? Dejo la bicicleta, me calzo las playeras de correr y a por ello. Despacito, poco a poco yo creo que si puedo terminar. A los 200 metros estaba mi madre, sacándonos fotos. Subí la primera rampa y me tiré al suelo, ahora si que no podía más. Me sentía desesperada porque mi cuerpo no respondía, me dolía todo, pero mi cabeza decía que siguiese. A mi madre la tenía llena de orgullo por haber llegado hasta ahí, pero yo no estaba conforme. Me seco la cara y aprieto los dientes. Otra vez a correr.

Todos animándome, no se que imagen estaría dando desde fuera, pero tenían que verme mal. La mayoría de participantes ya habían acabado y a mi aún me quedaban 8 km a pie, era desesperante. Las pulsaciones se me disparaban, iba mal.

Muy poco a poco, batiendo los records de lentitud iba completando los kilómetros. Con ayuda de los chicos de protección civil y mi madre la cosa fue algo más fácil. Gracias.





Y también agradecer a todos aquellos que os preocupáis por mi y me dais ánimos :)
El triatlón es grande, pero los TRIATLETAS más!!


Finalicé cuarta absoluta. Espero que no sea el último TOP5 de la temporada!