lunes, 25 de febrero de 2013

Tras una pobre semana de entrenamientos decidí, también, participar en el XVIII Duatlón de Astillero. Días atrás ya se preveía que el tiempo no nos iba a acompañar, pero aún así alrededor de 100 participantes nos acercamos dispuestos a competir y a pasar un buen rato.

Allí estábamos, bien abrigados por culpa de los 2º.
Esta vez la salida no se retrasó 30 minutos, si no 40. No paraba de llover e incluso caía algún copo de nieve que otro.
Por delante teníamos el primer tramo de la prueba, constaba de 6 kilómetros muy llanos. El camino era estrecho y nos cruzábamos los que íbamos con los que volvían, buen gesto de todos los participantes apartándose para dejar pasar. Al contrario que en el primer duatlón, en este pude correr con compañía llegando a meta con dos chicas más y encontrándome fuerte.

Un problema llevar guantes largos a la hora de atarme el casco, como veía que iba a ser incapaz me les quite sin pensarlo dos veces y saqué bastante distancia al resto de participantes que aún estaban en boxes ya que no me cambié de zapatillas. El tramo en bici fue, sin duda, lo más duro de la competición. A más de uno, y a mi, se nos pasó por la cabeza el retirarnos. No encuentro palabras para describir lo mal que lo pasé, está claro que en bici soy mala, pero si a eso le añado: el frío, el cansancio, la lluvia, el viento y el granizo... se convierte en una gran aventura / pesadilla.
Sabía que si acababa las 3 vueltas en bici, que eran 28 kilómetros, estaba todo hecho. Pero no tenía muy claro poderlas acabar, fui adelantada y doblada, cada vez veía más cerca a los últimos participantes. Agaché la cabeza y solo pensaba en pedalear. Pude alcanzar a otro corredor y seguidamente entré en boxes para hacer frente a los últimos 3 kilómetros del tramo a pie.

Tenía las manos, los pies y las piernas heladas de frío. En los primeros metros era incapaz de poder correr bien al no sentir los pies, parecían hormigón. Los últimos 2.500 metros fueron "coser y cantar". Me volvió la sonrisa y disfruté como una niña sabiendo que lo había conseguido. Primera sub-23.
Ahora.....


¡A seguir!

lunes, 18 de febrero de 2013

Duatlón de Galizano

En la mañana del 17 de Febrero se celebró el XIX Duatlón de Galizano. Se presentaba un día agradable con una temperatura entorno a los 15 grados.
Me encontraba ante mi primer duatlón oficial. Competía sin presión, solo con el objetivo de terminar, pero aún así los nervios hacía acto de presencia.

A las 12:30 de la mañana se daba el pistoletazo de salida. Para empezar a marcar diferencias unos de otros teníamos por delante 6 kilómetros, donde ya en la primera de las dos vueltas me quede descolgada. 
Me daba la sensación de que iba a pasarlo mal, que tenía por delante una prueba interminable. Al inicio de la segunda vuelta tenía claro que no podía aumentar el ritmo de carrera, así que me mantuve y me dediqué a pensar en darlo todo en el tramo de bici.

Y ahora, 30 kilómetros con falsos llanos. Mi cuerpo se activó, con buena cadencia de pedaleo pude dar caza a un corredor al que al principio ni veía. A partir de ahí sabía que tenía fuerzas de sobra y podría ir acercándome a más. En el kilómetro 12 aproximadamente me vi fuera de carrera física y mentalmente. Parada en el arcén con un problema mecánico, no tenía ni humor ni conocimiento de como solucionarlo. Me quedo la última clasificada a gran distancia del siguiente participante. La bici vuelve a funcionar y yo solo pienso en acabar, no quiero decepcionarme a mi misma. Subo hacia Ajo y bajo, la motivación me invade aún viéndome sola. 

Mi llegada con la bici es aplaudida por muchos participantes que ya han finalizado la prueba, a mi me quedan aún 3 kilómetros por delante a pie. Para mi sorpresa me encuentro fantásticamente y doy caza a dos corredores. Termino con buenas sensaciones y con la satisfacción de haber terminado.

Ya me he demostrado que puedo, ahora hay que ir mejorando.

¡A seguir!